Las cruzadas.




Juan Manuel Patiño.
Melisa Cuervo Vargas.
Manuela Serna Arias.
Laura Elena Garcia.
Carlos Andres Ayala.




HISTORIA DEL DERECHO.
DERECHO 101.
2018.





Introducción.


     El presente ensayo muestra cómo se gobernaba en la época de las cruzadas, la gran batalla por la tierra santa, la guerra sagrada cuyo fin era el de salvar la tierra europea, el anhelo por una vida mejor que inició debido al fervor religioso, influyendo así en la cultura y la sociedad en general, trayendo como consecuencia muchos cambios tanto económicos como políticos: la forma de legislar y la manera en la que las personas convivían, pero sobre todo cómo la religión se posicionaba para gobernar ya que por imponencia divina, dichas guerras sagradas eran la única forma de purgar el alma. Era la iglesia católica quien estaba en capacidad de tomar decisiones gracias al Papa Urbano II, quien se encargó de devolver a la iglesia el poder de gobernar, poder que perdió durante la Edad Media, época en la que la anarquía endémica que se daba en ese periodo de la historia llegó a su fin. Periodo en el que la iglesia podía absolver a los hombres del pecado, pero le faltaba el poder político para erradicar los males de toda una sociedad. 


así se reconocía a  los cruzados.



     En primer lugar, las cruzadas, cuyo nombre surgió gracias a la cruz hecha de tela usada como símbolo en la ropa de los soldados, fueron una serie de campañas militares realizadas por el papado que buscaban proteger a los cristianos de los turcos, además de restablecer el control apostólico romano en Tierra Santa. No obstante, se arguye que había otros motivos además de recuperar Tierra Santa para los peregrinos, como por ejemplo, los intereses expansionistas de la nobleza feudal y el control del comercio con Asia. Las cruzadas fueron batallas emprendidas en pro de la fe cristiana convocadas por el Papa Urbano II, que fue el encargado de hacer el llamado a toda la cristiandad y acatado bajo un “Dios lo quiere”.



Papa urbano II 


Toda esta historia empieza con Alejo I, quien solicita ayuda de el Papa Urbano II para salvar su prestigio y su territorio que era atacado por el Islam, necesitaba contra atacar a los turcos. Este fue el momento que el Papa Urbano II aprovechó para posicionarse políticamente, él demonizaba a los turcos y posicionó la guerra como una batalla en nombre de Dios, haciendo un llamado a toda la población para rescatar a sus hermanos cristianos; era cuestión de prestigio y honor ir a la batalla.


Hombres y mujeres en busca de salvar sus almas.


 Aquellos devotos que lucharan contra los bárbaros tenían la salvación de sus almas pues serían absueltos de sus pecados. Era una especie de servicio militar el cual tenía como recompensa “tierras que fluyen leche y miel”, las cuales realmente eran los puntos de comercio más importantes de la época. Tanto mujeres como hombres se movieron hacia el éste con el fin religioso de salvar sus almas en un ejército guiado por Godofredo, quien era muy devoto a la religión junto a su hermano el conde Balduino, quien era apasionado por las guerras y Boemundo que era experto en batallas y un gran soldado.


 Llegan a la gran catedral Cristiana Ortodoxa de Santa Sofía de Constantinopla, donde hoy en día queda Estambul. Estos tres personajes necesitaban del emperador Alejo I para abastecer a sus tropas de alimentos y por otro lado, éste necesitaba de ellos para su defensa y así recuperar su territorio. De esta manera se firma un pacto entre los cuatro para así poder participar en la guerra.





Fueron un total de ocho cruzadas, las cuales a pesar del hambre se llevaron a cabo para poder recuperar el territorio de Jerusalén



Primera cruzada.

La primera cruzada se llevó a cabo de 1096 a 1099 y se dividió en dos: la cruzada popular y la cruzada de los príncipes, que se dio de 1147 a 1149.  La primera ciudad en caer fue Nikaeda, quienes se rindieron al momento de saber que los cruzados entrarían a sus territorios sedientos de sangre. Dicha información llegó gracias al emperador Alejo I, quien de alguna manera había traicionado el acuerdo pactado con los 3 líderes. El primero gran enfrentamiento fue la Batalla de Torilaeum 1 de julio de 1096-1099 en la confluencia de dos valles, lugar elegido por Kilij Akslam, turco que deseaba vengar su territorio de Nikaeda.





 Los turcos atraparon a los cruzados casi eliminados por los naukia (guerreros turcos que disparaban flechas a gran distancias usando el arco con sus piernas), en este conflicto de intereses en el que cayeron centenas de hombres, pero los líderes de las cruzadas rodearon las montañas con el único fin de llegar a Jerusalén. Mientras tanto, Balduino, tras la muerte de su esposa, se separa del gran grupo con el fin de establecerse económicamente, así que se dirige a Edesa que era gobernado por Thoroz, quien ya estaba viejo y no podía proteger Edesa, y sin embargo había resistido a los constantes ataques de los musulmanes. Así que Balduino aprovechó esta situación para asesinar a Thoroz y de esta manera poder gobernar.

     A medida que avanzaban en la conquista de territorios el hambre los asediaba cada vez más, llegando al punto de alimentarse de la sangre de sus caballos y la carne de los cadáveres de los paganos, empalaban a los niños para devorar su carne ocasionando gran temor entre los habitantes quienes trataban de escapar de la matanza, ya que no solo se asesinaban a los musulmanes sino también a los cristianos, niños y ancianos que se encontraban. Se había convertido en una limpieza étnica; las cruzadas se habían convertido en algo realmente temible.


Segunda cruzada.




O cruzada de los príncipes se da desde 1147 a 1149 y ocurre a raíz la caída del reino cristiano de Edesa. Después de la Primera Cruzada y la menor Cruzada de 1101 habían tres estados cruzados establecidos en el este: el Reino de Jerusalén, el Principado de Antioquía, y el Condado de Edesa. Un cuarto, el Condado de Trípoli, se constituyó en 1109. El condado de Edesa fue el más septentrional de ellos, y también el más débil y menos poblado como tal, era objeto de frecuentes ataques de los estados musulmanes. El Sitio de Edesa fue un conflicto militar que tuvo lugar entre el 28 de noviembre y el 24 de diciembre de 1144. El sitio finalizó con la captura de Edesa, capital del Condado de Edesa, por Zengi, el atabeg de Mosul y Alepo; a raíz de esto los cruzados decidieron atacar Damasco desde el oeste, donde había huertos que les proporcionaban un suministro de alimentos constante. Llegaron a Daraiya el 23 de julio.

 Al día siguiente, los musulmanes se prepararon para el ataque al ejército cruzado. El 27 de julio los cruzados decidieron trasladarse a la llanura en la parte oriental de la ciudad, que era menos fortificada, pero había poca comida y agua. Los señores cruzados locales se negaron a continuar con el asedio, y los ejércitos no tuvieron otra opción que retirarse a Jerusalén donde se dispersaría el ejército Cruzado poniendo fin a la Segunda Cruzada. Los líderes de la segunda cruzada fueron: Ricardo Corazón de León, Federico I Barbaroja y el Rey Felipe II.


Tercera cruzada.




También fue conocida como la Cruzada de los Reyes por la presencia de 3 reyes: Felipe II de Francia, Ricardo I de Inglaterra Corazón de León y Federico I Barbaroja. Esta cruzada fue un intento de los líderes europeos para reconquistar la Tierra Santa de manos del sultán musulmán Saladino que había conquistado el Reino de Jerusalén.


Cuarta cruzada.


Y Saqueo de Constantinopla, también denominada como la Cruzada mercantil o comercial por haber sido desviada de su propósito original por el duque de Venecia, Enrico Dandolo, quien llevó a los cristianos a saquear la ciudad de Zara (actual Zadar, Croacia) y luego Constantinopla, donde fundaron el Imperio Latino de Constantinopla. Estos acontecimientos causaron una brecha o distanciamiento definitivo entre la Iglesia Católica romana y la Iglesia Ortodoxa.


     Durante la cruzada de los niños las investigaciones modernas revelaron que los participantes no eran niños, sino más bien jóvenes y adultos. A principios del siglo XIII, hubo varias migraciones de personas pobres de toda Europa motivado por los cambios en las condiciones económicas y climáticas que obligaron a muchos campesinos en el norte de Francia y Alemania a vender sus tierras. Estas bandas fueron llamadas con desprecio “pueri” (Niño en Latín).


Quinta cruzada.



(1217-1221), ocurrió por la iniciativa del Papa Inocencio III, quién lo había propuesto el 1215 en el cuarto Concilio de Letrán, sin embargo, se llevó a cabo con el Papa Honorio III, su sucesor en el trono de San Pedro. El papado también había contribuido a desacreditar el ideal de las Cruzadas, cuando las convoco para aplastar a los cristianos heterodoxos en el sur de Francia, llamado albigenses. De todos modos, el Papa Honorio III logró adhesiones para una nueva expedición. Esta cruzada fue dirigida por Andrés II Rey de Hungría; Leopoldo VI, Duque de Austria; Juan de Brienne, Rey del reino Jerusalén y Federico II Emperador del Sacro Imperio Romano Germanico. El emperador Federico II acordó organizar la expedición.


Sexta cruzada.



fue emprendida en 1227 por el emperador del Sacro Imperio romano Germanico, Federico II de Hohenstaufen, dicha cruzada fue pacífica, ya que se resolvió por medios diplomáticos, evitando así la confrontación militar.


Séptima cruzada.




Tras el final de los diez años de tregua del año 1229 (Firmado en el Sexta Cruzada), una expedición militar cristiana, con pocos hombres y pocos recursos , dirigido por Ricardo de Cornualles y Teobaldo IV de Champagne, se dirigió a Tierra Santa, a fin de fortalecer la presencia cristiana en los santos lugares. No obstante, no pudieron impedir que en el año 1244 Jerusalén fuese nuevamente saqueada por los turcos. La ciudad de Jerusalén fue ocupada y saqueada, no sin crear macabras exhumaciones de los restos de los antiguos reyes cruzados en el Santo Sepulcro y una masacre de 30.000 cristianos. La noticia conmocionó a todos los miembros del cristianismo y se decidió organizar una nueva expedición a la cruzada de Tierra Santa.

Octava cruzada.




Fue puesta en marcha por Luis IX, Rey de Francia, en el año 1270. La Octava Cruzada es a veces considerada como la séptimo cruzada, dado que la Quinta y Sexta Cruzada de Federico II se cuentan como una cruzada individual. La Novena Cruzada a veces también considerada como la Octava Cruzada por algunos historiadores. La Novena Cruzada generalmente se considera la última gran Cruzada Medieval emprendida. Tuvo lugar en 1271–1272, luego del fracaso de Luis IX de Francia para capturar la ciudad de Túnez en la Octava Cruzada, lo que llevó al Príncipe Eduardo de Inglaterra a navegar hacia Acre en lo que se conoce como la novena cruzada. 


Novena cruzada.

La Novena Cruzada fracasó en gran parte porque el espíritu de las cruzadas estaba ya casi extinto y por el creciente poder del Sultán Baibars y de los Mamelucos en Egipto. También anunciaba el inminente colapso de los últimos reinos o baluartes cruzados a lo largo de la costa mediterránea.




Normas en las cruzadas.

En cuanto al uso de las normas en este periodo, algunas de las normas establecidas en la época de las cruzadas fueron las ordenanzas o costumbres de Jerusalén, las leyes santurianas y las legislaciones establecidas por los líderes de las cruzadas.

1- las ordenanzas o costumbres de Jerusalén fueron redactadas bajo el reinado de Godofredo, allí se manifestaron las necesidades de un reino militar, ya que la posesión del territorio se basaba en la defensa del mismo y la feudalidad, por tal motivo los servicios militares debían ser establecidos; estas ordenanzas se dividieron en tres: las dirigidas a las dignidades del reino, audiencias de los barones y de los vecinos y servicios militares debidos por los barones y caballeros a la santa ciudad.

 Las legislaciones variaban para los cruzados según el territorio y las circunstancias a lo largo del recorrido para llegar a Tierra Santa; en Antioquía se establecieron en base a los males que padecían las tropas que era el resultado de los pecados de los peregrinos, por lo tanto, se establecieron leyes para contener los desórdenes y castigar a los culpables, los jueces eran los Barones y el Clero. Los ladrones, homicidas, prostitutas y dueños de tabernas o quienes frecuentaran estas. Se consideraba que la justicia divina era la única reconocida por los cruzados y es por esto que debido a su fe ellos aceptaban y toleraban situaciones como el clima, el hambre, sequías, enfermedades, entre otras cosas.

2- encontramos las leyes santurianas, que se referían a los excesos y lujos que estaban prohibidos durante las cruzadas: alimentarse de dos manjares, usar platos de oro o plata, llevar lujos y telas de seda, entre otras cosas. Estas prohibiciones variaban según la circunstancia, el hambre y demás miserias que pasaban los ejércitos; aunque no se cumplían en su totalidad, ya que como se puede observar en casos como el del coronel Bauldino o el conde de Edesa, no se podían abstener a la tentación de tener lujos a los cuales habían accedido gracias a sus conquistas.

3- estaban las legislaciones de los cruzados, donde los líderes de las cruzadas establecían sus propias leyes para ejercer control sobre sus tropas; por ejemplo, el rey de Francia e Inglaterra estableció leyes penales para los soldados alistados bajo sus banderas: al ladrón le rapaban, le untaban de pez y llenaban de plumas, luego metían su cabeza al río, el hombre que matara a otro cruzado era atado al cuerpo del cadáver de su víctima y lo enterraban vivo, el hombre que diera un bofetón era sumergido en el mar tres veces. 

Federico I también estableció leyes penales para mantener el orden: cortar la mano derecha a quien hiriera a otro cruzado y pena de muerte a quien rompiera un contrato a quienes los abastecían de alimentos. En materia civil, los cruzados que ganaban las batallas obtenían el botín, aparte de esto no les quedaba más que sus caballos y armaduras pues antes de ir a la guerra vendían todas sus tierras. La ley más importante de todas fue la que se estableció al inicio de la cruzada, el convenio, por medio del cual se estableció el motivo por el cual se daba una tierra, una casa e incluso una ciudad; las mismas se otorgaban al primero que ponía una bandera a ondear.



Comercio.


Abrieron las puertas con el cercano oriente y los puertos septentrionales: Amberes, Brujas y Ámsterdam en Flandes. Las ciudades italianas como Pisa, Amalfi y Venecia se vieron enriquecidas, a la vez que eran los puertos más importantes del mediterráneo; Siena, Lucca, Milán y Florencia, entre otras, eran plazas comerciales e industriales de primer orden, siendo la última considerada como el mayor centro bancario y cambiario. El comercio internacional se desarrollaba principalmente por vía marítima en el perímetro de la cuenca del Mediterráneo y en las costas del occidente de Europa hasta el mar del norte. 

Las costumbres que regulaban la navegación ofrecían rasgos comunes y uniformes. Impacto social de las cruzadas: las cruzadas debilitaron los señores feudales, ya que la mayoría perdió la vida en oriente, otros se empobrecieron con las ventas de sus tierras para ir a las guerras haciéndolos perder derechos sobre las tierras que poseían los siervos y vasallos alcanzaron su libertad a cambio de dinero. Las ciudades y la burguesía resultaron beneficiadas con las ganancias que proporcionaban el aprovisionamiento, el transporte de los ejércitos y el incremento de tráfico con Oriente.


                                                 Economía




Se introdujeron en Occidente nuevos cultivos y procedimientos de fabricación tomados de los pueblos musulmanes. El comercio, sobre todo marítimo, adquirió mayor impulso. Los puertos de Génova, Venecia, Amalfi, Marsella y Barcelona fueron los más favorecidos.



Conclusión.

Finalmente podemos entender que a raíz del estudio de las cruzadas o mejor dicho, de sus consecuencias, somos capaces de reconocer que tanto la cultura del islam como del cristianismo ha influenciado cultural, artística, lingüística y científicamente el mundo actual. Los conflictos de larga duración entre sociedades y culturas diferentes como estas dos, general simultáneamente formas de convivencia que dan ocasión a influencias recíprocas. El estudio de este periodo de la historia del mundo tal cual lo conocemos es fundamental en la comprensión del mundo actual ya que a nuestros antepasados debemos gran parte de nuestra cultura y la forma de vivir de occidente influenció a nivel mundial.


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